La Iglesia de Cristo Misionera está ubicada en la Calle #1 en Las Parcelas del Barrio Carraízo Alto en Trujillo Alto. Predicamos la palabra desde el 1944 fundamentados en las Sagradas Escrituras bajo la dirección y gracia del Espíritu Santo. Pertenecemos al Concilio Iglesias de Cristo Misionera, Misión Internacional Incorporada en Puerto Rico.
Historia
Para el año 1943 los hermanos Vicente Villegas de Loíza y Cristóbal Manso de Carolina, dos misioneros decididos, llegaron al barrio Carraízo Alto de Trujillo Alto con el firme propósito de anunciar las buenas nuevas de salvación a los pocos habitantes del lugar. La casa de Porfirio Flores ubicada en el sector El Pueblito fue la primera en recibir a los misioneros. Luego, el mensaje trascendió al sector El Mamey donde el hogar de Juan Resto y Alejandrina Rodríguez sirvió como casa de Dios y puerta del cielo para enseñar la palabra en la Escuela Bíblica Dominical. Con el tiempo, esta familia donó un solar para construir el primer templo con techo de cartón y paredes de pencas. Al paso del tiempo se evidenciaba un desarrollo dinámico en la congregación. Los líderes se ocuparon de mejorar las facilidades del templo usando materiales más resistentes y duraderos como madera y cemento. Poco más de una veintena de personas rescatadas del mundo para Cristo se citaban noche tras noche para adorar a Dios: albañiles, carpinteros, lavanderas, ganaderos, obreros de la caña y el tabaco, entre otros. Sin energía eléctrica, agua potable ni ayuda tecnológica, aquellas voces se remontaron sobre los campos para llevar esperanza y libertad a las familias cautivas bajo la opresión del enemigo de las almas. Los cultos comenzaban a las seis de la tarde hasta la hora que el Espíritu Santo determinara. Así comenzó una iglesia en el año 1943, sobre el fundamento de la Palabra y una genuina adoración enriquecida con el güiro, la guitarra, las maracas y la marimba. ¡A Dios sea la gloria!
Desde que esta obra fue reconocida por el Concilio Iglesias de Cristo Misionera en el año 1944, varios pastores tuvieron la bendición de estar al frente a ella: Vicente Villegas (fundador), Marcos Villafañe, Manuel Rivera y Elías Colón. En catorce años de incumbencia, el Rvdo. Elías Colón (1953), tuvo como ayudante a Luciano Rodríguez, quien tomó el pastorado en el año 1967. Con la dirección de Dios, el hermano Luciano fue dirigiendo la iglesia hacia una organización que generó líderes en diversas áreas. Del templo pequeño ubicado en el sector El Mamey, se trasladó la congregación a la parcela concedida por el gobierno y con el tiempo se construyó el templo con mejores facilidades. La congregación continuó alargando las cuerdas y fortaleciendo sus estacas y ganando firmeza, confianza, fe y valor con una innegable experiencia en la búsqueda del Señor. El reverendo Luciano Rodríguez Ortiz dejó huellas muy profundas, no solo en su congregación, sino en la comunidad y el pueblo de Trujillo Alto. Por cuarenta y dos años dedicó su vida a pastorear con amor y dedicación cientos de ovejas, orientándolas hacia el propósito de Dios en sus vidas. Muchos hermanos se desarrollaron como pastores, ministros, misioneros (as), maestros(as), predicadores(as), evangelistas, músicos, obreros y líderes los cuales recibieron el legado de su labor. Tanta fue su dedicación de este varón, que culminó su labor justamente el ocho de marzo de dos mil nueve, cuando el Señor, en su infinita misericordia, le recogió en el altar, luego de despedirse serenamente de su rebaño y ofrecerle palabras de estímulo para que continuaran esperando el regreso del Señor Jesucristo. Una experiencia inolvidable para sus ovejas y toda la comunidad. Culminó su labor con un mensaje refrescante, el cual recorre silente las mentes de aquellos, que en el fin de sus días, pudo convencer con el amor de Dios.
Hoy, la congregación, luego de experimentar una gran tristeza, se encuentra fortalecida, dirigida por el reverendo Raúl Rodríguez Rosario desde el 2 de octubre de 2009. Con la vasta experiencia adquirida al lado de un soldado como el Rvdo. Luciano Rodríguez, el pastor, junto a líderes, se apresta a luchar por rescatar las almas; con compromiso y ardiente fe y lo que han aprendido, a ser militantes y poner diariamente toda su confianza en Jehová de los Ejércitos. Así será hasta que Cristo regrese por su iglesia.